Un Viaje llamado Coaching

¡¡Rediseña tu Presente, para conseguir tu Futuro!!

lunes, 24 de octubre de 2016

Jugando al escondite

Y sí, digan lo que digan, somos predecibles, esperables, se nos conoce, como lo queramos llamar. Y es que, a lo largo de la historia se ha estudiado al ser humano desde sus comportamientos, pensamientos y actitudes.
Primero fue una teoría acerca del cuerpo humano adoptada por los filósofos y físicos de las antiguas civilizaciones griega y romana. Y que desde Hipócrates, se instaló en Europa, hasta la llegada de la medicina moderna a mediados del siglo XIX. En esencia, esta teoría mantiene que el cuerpo humano está compuesto de cuatro sustancias básicas, llamadas humores corporales: sanguíneo, bilis negra, bilis amarilla y flemas. Con la medicina moderna se descartaron radicalmente y cayeron en el olvido. Cuando S. Freud comenzó su práctica, el análisis de la personalidad tornó más complejo y sutil. Más tarde, aparecieron el Eneagrama con sus 9 eneatipos, cuya estructura y explicación merecería, mínimo, un extenso artículo. Y en la sombra, las empresas requerían de estudios de personalidad, no sólo para analizar los perfiles internos de sus profesionales, sino los de sus clientes. Así que, llegaron la batería de test llamadas DISC, MBTI, Insight, con un largo etc. Si juntáramos todas, vendrían a resumirse en 4 básicas, por supuesto, con tantos matices como variedad de colores tiene un arcoíris, y no son sólo siete. Y si no, que se lo pregunten a las mujeres, que distinguimos entre un azul pavo, índigo, celeste, marino, etc.
Si las personalidades son cada una diferentes e inherente a un solo individuo, cómo es posible que podamos predecir tipos de comportamientos ¿?
Pues porque, más allá de las particularidades de cada uno, hay unas generalidades que compartimos.
Hablaré de cuatro colores básicos, de cuatro temperamentos, de cuatro personalidades, como desees llamarlo; ya te estoy dejando elegir. Y con esta acción, ya estoy definiendo mi color, y si el que lee esa apertura de elección y se pone nervioso, también se define, y si leyéndolo piensa que hay poco rigor, también sabría decir qué color es; y si le parece simpático y quiere seguir leyendo, también puedo decir ahora mismo qué color o tipo de personalidad es más probable que sea. Tan sencillo?? Pues… Sí!! Así de sencillo podemos saber quiénes somos, quiénes son y cómo se van a relacionar con nosotros a la hora de interactuar, en una reunión o en una compra-venta.
Lo mejor de todo es que, ningún estilo es mejor o peor que otro, porque todos pueden llegar a ser tan malos o tan buenos como la gestión del mismo sea. Si nos dejamos “poseer” por nuestro color, estaremos perdidos!!

Comencemos a definirlos:
Rojo - Colérico. Estilo dominante. Centrados en el Qué. Son personas apasionadas en todo lo que hacen, dicho de paso, están inmersas en Hacer. Es raro verlos sentados sin hacer nada, aunque esa es la manera que deben usar para equilibrarse y seguir centrados. Se mueven por objetivos claros. Tienen visión de futuro, de negocio. Son líderes natos. Quieren las cosas para “antes de ayer”. Son pragmáticos, son directos y por eso pueden resultar “agresivos”. Necesitan poco para tomar decisiones. Les encanta “aparecer bien en la foto”, se les ve llegar. Tienen agendas imposibles, repletas de actividades sociales con un fin, y se rigen por el éxito. Su miedo fundamental es el fracaso, ya que se mueven por retos. Ejemplo de país rojo: USA.
Amarillo - Sanguíneo. Estilo influyente. Centrados en el Quién y Cómo. Persona divertidas que gestionan como nadie los equipos, porque saben a quién le tienen que pedir las cosas y cómo hacerlas para que el otro lo haga y con una sonrisa. Les encanta disfrutar y socializar, también disponen de grandes agendas, pero su fin es el pasárselo bien, no persiguen otra cosa. Generan buen ambiente. Son vitalistas y necesitan variedad de estímulos. No los contrates para hacer seguimientos o para el detalle; les encanta variar de actividad cada poco tiempo y se aburren con facilidad. Son creativos, influenciables, emocionales y simpáticos. Su miedo fundamental es el rechazo. Ejemplo de país amarillo: España.
Verde - Melancólico. Estilo estable. Centrados en el Para Qué. Son conciliadores, comprensivos, leales, discretos, organizados . Les gusta tener las cosas controladas, para su tranquilidad. Metódicos. Les encanta gestionar su tiempo, para su tranquilidad. Detestan los imprevistos. Prefieren que les avises con tiempo de los cambios. Su miedo es la inseguridad. Ejemplo de país verde: China.
Azul - Flemático. Estilo Analítico. Centrado en el Por Qué, lo buscan incansablemente. Así que, se forman en cualquier cosa, aunque en un principio no le vean rentabilidad (Ejem.: estudian danés, por el mero gusto de aprender un idioma nuevo, no porque trabajen para una empresa danesa o vayan a irse a vivir allí). Necesitan que las explicaciones estén bien argumentadas y sean numerosas (a diferencia del rojo, que con tres, le es suficiente; el azul necesita muchas y desde el origen). A nivel relacional suelen ser fríos o poco empáticos. Son cuestionadores, prudentes, y cuando hablan, suelen ser escuchados, por ese número interminable de razonamientos que dan. Ordenados, orientados al proceso/procedimiento y a la calidad del contenido. Para todo usan un excel. Su miedo es el conflicto. Ejemplo de país azul: Alemania.

Desde estos 4 temperamentos/colores, puedes relacionarte con los demás, sean equipo, o sean clientes, sean jefes o familia, sean amigos o conocidos; porque el “modus operandi” es genérico.
Lógicamente, hay perfiles profesionales que son más adecuados para ciertas actividades. En el sector financiero nos encontramos más azules y verdes, en cambio en marketing, es más fácil encontrar amarillos.
Si en tu equipo de 5 personas, hay 2 rojos, entrarán en rivalidad para destacar frente a ti. Si hubiera 2 amarillos, puede aparecer el caos. Si hay 2 verdes, la parálisis por el análisis está servida. Si hay 2 azules, los procedimientos para cada acción por pequeña que sea, estarán presentes. Así que, equilibra bien a tu equipo.
Si tienes un cliente azul o verde, por favor, indicadle la cita con anterioridad y por e-mail, lo prefieren al tlf. Dadles espacio de reflexión y argumentos como si estuvierais defendiendo una tesis doctoral.
Si tienes un cliente rojo o amarillo. Socializa con él, llámalo o visítalo, antes de enviarle un mail. Muéstrale los beneficios y ve al grano, prefieren evitar los rodeos.

Con estas indicaciones ya puedes clasificar a tu interlocutor y te será más fácil relacionarte con tu interlocutor. Si necesitas más, puedes contactar con nosotros.



miércoles, 19 de octubre de 2016

El Camino del Ikigai

Ikigai: del japonés, "razón de vivir", "propósito de vida", aquello que da significado a nuestra vida y por lo que merece la pena vivir. Y que sólo se consigue, manteniendo el objetivo claro (foco) y el método (enfoque) a lo largo del tiempo.
Tomarnos ese tiempo para evaluar nuestro entorno, nuestra vida, nuestras decisiones, saber si están alineados con nuestros objetivos, tiene que ver con: hacia dónde vamos, qué deseo, para qué estoy aquí. 
Hoy, vivimos en un mundo en el que resulta difícil mantener la atención en unas pocas cosas/personas.
Hay tanta información, tenemos tantas ideas, conocemos a tanta gente, personal y/o virtualmente que, nuestras mentes, están condicionadas a ir de un estímulo a otro, de una persona a otra. Es algo poco común en nuestros días, focalizar una persona o a una cosa durante un período de tiempo prolongado.
El propósito es la determinación que tiene una persona por hacer o dejar de hacer una acción y para lograrla se necesita fuerza de voluntad, constancia y método.

Sin embargo, si quieres ser una persona/profesional exitoso, tienes que aprender a poner el Foco en aquello que merece la pena vivir. Se trata de “seguir un curso de acción hasta tener éxito”. (FOCUS= Following One Course of action Until Successful).
Hay muchas personas que confunden el Foco con el Enfoque, y para mí es diferente; si el foco es hacia dónde quiero ir, el enfoque es cómo quiero llegar ahí, desde dónde quiero enfocar mi objetivo.
Esto lleva tiempo, esfuerzo, perseverancia y mucho foco.
La diferencia entre los que quieren tener éxito en su vida, y los que ya son exitosos, es el Foco. El problema es que nunca tienen éxito porque nunca le pusieron el tiempo ni el esfuerzo requerido para ello.
Últimamente estoy escuchando mucho la palabra Foco y hoy quiero ir un poco más allá.
El actor Will Smith comentaba en una entrevista: «Para tener un nivel de éxito excelente en algo, no puedes dispersarte y hacer múltiples cosas. Se requiere un foco desesperado y obsesivo en conseguir aquello que quieres. Tienes que poner toda tu vibración, todo tu corazón y toda tu creatividad ahí».
Cuántas personas, siendo tremendamente creativas y teniendo estupendas habilidades sociales y profesionales no tienen éxito en la vida. Es el foco quien da la diferencia.
Algunos ejemplos:
   Si tu objetivo es que tu cliente te escuche, háblale de lo que le será útil y de cómo hacerlo sencillo.
   Si tu objetivo es generar un buen ambiente laboral en tu lugar de trabajo, focalízate en lo bueno que tienen las personas que te rodean.
   Si tu objetivo es crear una empresa. Define bien el sector y la actividad, para poder llegar a los productos con los que puedas identificarte a nivel de conocimientos y diferenciación.
Una vez que tengas claro el foco, viene, quizá para mí, la parte más interesante y desafiante; cómo lo voy a llevar cabo, cuáles van a ser los hitos que me van a acercar y mantener con foco y cuáles son los que me alejan.
Tal vez hayáis escuchado-leído esta historia alguna vez:
Iba un aspirante a conductor por una carretera, con su instructor al lado. Pasados unos kilómetros, comienza a llover suavemente y el instructor pone el limpiaparabrisas. En ese momento, el aspirante a conductor, comienza a seguir con los ojos los movimientos de los limpiaparabrisas y a mover el volante hacia las direcciones que iban sus ojos. En ese momento, otros conductores que circulaban por la misma carretera comenzaron a pitarle y a decirle que parara el coche, que iba borracho y ponía en peligro la vida de todos. El aspirante a conductor comenzó a ponerse muy nervioso y le pidió a su instructor, detener el limpiaparabrisas; a lo que le respondió, que sólo tenía que concentrarse en la carretera y dejar de seguir con sus ojos el movimiento de los limpiaparabrisas. El aspirante a conductor replicaba que no era capaz, que sus ojos seguían ese movimiento y la dirección de sus manos al volante, también. En ese momento, la lluvia se intensificó y el instructor presionó la palanca hasta llegar al máximo de velocidad; y haciéndolo, repitió con voz tranquila: tú sólo debes mirar a la carretera por donde quieres ir, céntrate en ella y los limpiaparabrisas dejarán de distraerte. El aspirante a conductor, se serenó ante las indicaciones del instructor y concentró toda su atención en la carretera sin distraerse, sin zigzaguear.
Quizá ahora puedas pensar que ya está todo resuelto, sin embargo, es ahora cuando puedes comenzar a disfrutar del camino; una vez que lo tienes claro, ahora es momento de saber cómo vas a conseguirlo.
¿Quieres ir en coche, en bici, en avión? ¿Qué tipo de coche, de bici, de avión?
En la palabra enfocar podemos incluir tantos ingredientes queramos: empatía, rapport, preguntas, escucha activa, detección de necesidades, acuerdos, win-win,…
Establecer el cómo quiero llegar a mi objetivo forma parte de la forma de ser de cada uno, sin olvidar, qué interlocutor tenemos delante.
La posición por establecer relaciones duraderas, basadas en la confianza, siempre es una apuesta segura. De cómo quieras conseguir tu foco, dependerá también la durabilidad del mismo.