Un Viaje llamado Coaching

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martes, 27 de octubre de 2015

Cómo gestionar un equipo con un objetivo claro

Hace ya un año, decidí cambiar de hábitos con respecto al tipo de publicaciones que hacía y a la frecuencia, y así dedicar este tiempo a la escritura de un libro. Desde la creatividad y en compañía de un magnífico equipo, generamos lo que hoy es ya una realidad virtual y en pocos meses, será una realidad en papel; un maravilloso libro lleno de nuevas técnicas de coaching, generadas desde la reflexión y el testeo con nuestros clientes y colegas. El resultado son 72 técnicas, en las que su mayoría es para realizar cambios individuales, sin embargo, hemos dedicado cinco de ellas a realizar cambios en equipos.  Son técnicas fáciles de utilizar, no sólo por los profesionales del sector, sino también para cualquier usuario que desee cambiar ciertos hábitos en su vida. El formato es absolutamente interactivo y está lleno de ejemplos y vídeos con los que poder aplicar fácilmente el cambio.

Para poder lograr esto, no sólo tuve que rodearme de un gran equipo multidisciplinar, donde cada uno era diferente y aportaba experiencias distintas; sino también, generar un contexto agradable de trabajo donde cada uno pudiera aportar lo mejor de sí, y en plena confianza, generando sinergias y complementariedad desde la diversidad.

Como la mente tiene un tremendo poder sobre el cuerpo, los dos no deben ser considerados de manera aislada; ideamos desde un principio, una serie de signos corporales que nos ayudaran a manifestar nuestra alegría, enfado, conformidad o acuerdo, con sencillez y desde el respeto. Signos corporales tales como pulgar derecho elevado, choque de palmas, abrazo de grupo, etc.
En cada uno de los encuentros de trabajo, no sólo estábamos los presentes, sino que parte del equipo estaba de forma virtual al residir en otras localidades del territorio nacional, haciéndose partícipe en cada momento por una pantalla sobre una mesa que podíamos girar con facilidad para que la interlocución fuera lo más cercana posible.

Por supuesto hubo momentos de estrés, que son fruto del resultado de interpretar situaciones y asociaciones que hacemos ante situaciones específicas. Aquí, nuestra baza mayor fue el humor y el situarnos fuera de la emoción, para lograr gestionar de una manera más respetuosa la situación y en ocasiones el conflicto.
La frase con la que habría cada una de las sesiones de trabajo era la misma:
“Estamos aquí para dar lo mejor y para decir las cosas con cariño y escucharlas desde el cariño; porque lo que nos decimos no es “personal” sino que es para avanzar y alcanzar lo que deseamos; escribir un libro original, interactivo y práctico”. El recordarlo cada vez que nos reuníamos el equipo de 15 personas, hizo que se interiorizara y se pusiera en práctica cada vez que fue necesario.
Si el objetivo está claro, todo lo que puedo aportar como profesional y como persona, es para alcanzar el resultado visualizado por todos de forma conjunta; así que, lo que exponga mi compañero, es para mejorar el resultado, no es para criticarme personalmente.


Permanecer vigilantes y  practicar la gratitud, el valor, la determinación, la compasión y la colaboración; rompe patrones y evita emociones que lastren las relaciones del equipo.


72 técnicas para hacer coaching