Un Viaje llamado Coaching

¡¡Rediseña tu Presente, para conseguir tu Futuro!!

jueves, 24 de enero de 2013

El Roble

Una vez leí el siguiente cuento:

Había una vez, en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con unos manzanos, naranjos, perales, bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. 

El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era! “Lo que le falta es concentración”, le decía el manzano. “Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas. Ve qué fácil es”.
“No lo escuches”, exigía el rosal. “Es más sencillo tener rosas, y ¡ve que bellas son!”. Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó al jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: “No te preocupes. Tu problema no es tan grave. ¡Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra! Yo te daré la solución: “No dediques tu vida a ser lo que los demás quieran que seas. Sé tu mismo. Conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior”. Y dicho esto, el búho desapareció.
¿Mi voz interior? ¿Ser yo mismo? ¿Conocerme?”. Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto comprendió. Cerrando los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: “Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. ¡Estás aquí para dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje! ¡Tienes una misión! ¡Cúmplela!”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mi alrededor: “¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer? ¿Cuántos son rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas? ¿Cuántos naranjos hay que no saben florecer?”. En la vida todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser. 

miércoles, 9 de enero de 2013

Sincronicidad o las casualidades no existen


Sincro qué??

Sincronicidad es un término originariamente acuñado por Jung que se refiere a la unión de los acontecimientos interiores y exteriores de un modo que no se puede explicar pero que tiene sentido para el observador, es decir, ese tipo de eventos en nuestra vida que solemos achacar a la casualidad, a la suerte.
Pues eso, que la casualidad es lo que atraemos a nuestra vida porque existe la intensidad, tanto para evitarlo como para tenerlo. La diferencia entre que una bala nos atraviese o no es la velocidad y la puntería, claro.
Y es que, sin intensidad y claridad (velocidad y foco), no hacemos nada. Es curioso como a lo largo de nuestra vida personal o profesional repetimos patrones de jefes, colegas, parejas, amigos,… Y es que, la intensidad con la que evitamos un jefe, hace que nos toque el mismo al cambiar de trabajo. El que tengamos claro qué tipo de amigos queremos en nuestra vida, hace que los conozcamos con facilidad.
La cuestión es que creemos que tienen que pasar cuando las pedimos y no, llegan cuando estamos preparados, cuando las necesitamos realmente, cuando tenemos algo que aprender.
Así como nuestros sueños incluyen un aspecto de nosotros mismos que nuestra conciencia desconoce, nuestra vida entera está compuesta por la voluntad que hay dentro de nosotros.

¿Has experimentado alguna vez el placer de encontrar a la persona exacta que necesitabas aparecida de la nada?, ¿o recibiste la llamada de alguien del pasado de la que apenas unas horas antes te habías acordado sin motivo aparente?, ¿o ese libro que encontraste al azar que responde a la duda que te tenía bloqueado?. La sincronicidad nos representa en el plano físico la idea o solución que mora en la mente de la manera más fácil y sin apenas esfuerzo. Se trata de vivir el mayor tiempo posible en ese “fluir” que hace que la vida parezca una aventura permanente, un viaje de descubrimiento constante sobre uno mismo, sobre los demás y el universo. Decir sincronicidad es lo mismo que decir magia.

Todo lo que nos ocurre, encierra un significado. Interpretar este significado representa una ayuda evolutiva y positiva.
Obtener la información y el aprendizaje de cada evento que experimentamos, es una cuestión de libre albedrío. Es decir, yo puedo o no aceptar el evento y aprender en consecuencia o rechazarlo y, muy probablemente, volver a vivirlo.
El manejo de las sincronicidades, es la habilidad más importante que existe para entender cómo funciona el mundo en el que vivimos. Y en el mundo de los negocios, resultan (las sincronicidades) vitales si queremos alcanzar visiones grandiosas.

¡¡Descubre la sincronicidad que hay en tu vida!!