
En la Empresa Familiar suele haber muchas intervenciones teóricas por parte de estudiosos del tema; a veces la teoría es muy fácil y la práctica un tanto más complicada. Sin embargo, la teoría nos da pistas que podemos llevar a la práctica y adecuarla a nuestra empresa, a nuestra familia.
A la verdad evidente de: la Empresa es empresa, y la Familia es familia, yo añadiría una ración de práctica, si me lo permitís y que se resumiría en...:
¿Cómo hablar para que me escuchen?
¿Cómo escuchar para que me hablen?
En la Empresa Familiar hay mucho de ambas, de empresa y de familia; una habilidad sin duda a desarrollar, es la de escuchar.
¿Para qué?
Para pensar, para valorar todas las posibilidades, para saber tomar decisiones, para actuar en consecuencia, para no herir, para asumir decisiones, para mejorar las competencias personales y profesionales, para no tener conflictos frontales con la familia, para mejorar la calidad en mi trabajo, para ser más feliz como persona y como empresario,...
La Empresa es empresa y la Familia es familia, adecuemos nuestra actitud a cada espacio; la flexibilidad se aprende; los estilos de comunicación y liderazgo también.
Las organizaciones están formadas por personas, y la familia, también.