El 42% de los jefes españoles no está a la altura de su puesto. Este es el pésimo resultado que les otorga un estudio realizado por O. Walter en el que 4.312 colaboradores directos han evaluado a 712 jefes de grandes y medianas empresas. Casi 1 de cada 4 trabajadores (22%) preferiría arriesgarse a tener un jefe nuevo en vez de seguir con el actual y sólo 2 de cada 3 empleados considera útil la presencia de su superior para el equipo.
Analicemos entonces ¿Cuáles son los peores aspectos de los jefes?
-El reconocimiento: poco y malo. Es el aspecto peor valorado de los mandos.
-Mucho estrés y poco “tacto”. Gestionar correctamente las emociones propias y del equipo es otra asignatura pendiente de los jefes. Tan sólo 1 de cada 3 jefes es reconocido como capaz de cambiar fácilmente de opinión cuando se le argumentan otras alternativas, y sólo la mitad (55%) suele sumar ideas en vez de imponer siempre la suya.
-¿Cómo tratan a los colaboradores? “El “ven pacá” sigue usándose en exceso”. Un 44% de los empleados reconoce que su jefe suele citarles con ese tipo de llamada.
-“Reunionitis” desastrosa. La puntualidad en inicios y finales es deplorable, sólo un 44,4% de los jefes cumple los horarios establecidos según los empleados, que además en muchas ocasiones son convocados sin saber ni para qué.
-Del “búscate la vida” a la “venta de moto”. Los empleados afirman que sólo el 41% de sus jefes no va directo a los fallos cuando controla el trabajo que han hecho y tan sólo el 66% los aprovecha para aprender en vez de limitarse a echar la bronca ante el error. Los jefes se limitan a dar el objetivo y aplicar el “búscate la vida” en vez de dedicar tiempo para que queden claras las acciones y posibles incidencias”.
-El “siempre positivo nunca negativo” no parece cumplirse ya que el optimismo se reconoce sólo en el 68% de los jefes. Los empleados también afirman que el 29% de sus jefes no fomenta el trabajo en equipo.
¿Por qué tantos jefes están convencidos de que suspenderían en esto y sin embargo se han autoevaluado por encima en la mayoría de los comportamientos concretos? Pues una vez más queda patente la confusión de tantos jefes en esto de ejercer el liderazgo. Muchos no se dan cuenta de la relación entre los pequeños momentos del día a día y el grado de calidad como jefe que se obtiene.
En este sentido los procesos de Coaching con los directivos están sirviendo para la Toma de Conciencia y el posible cambio de estrategias o hábitos adquiridos a lo largo de la vida profesional.
El rendimiento de los equipos cambia cuando trabajamos los objetivos comunes desde los valores personales y corporativos. Sin ese consenso interno es difícil llegar a un compromiso real tanto por parte de los colaboradores como por parte de los directivos.
Si queremos sacarle partido a este estudio, tenemos que ponernos manos a la obra y comenzar a cambiar poco a poco los malos hábitos. Multiplicar es mejor que sumar.
¡¡En nosotros está el poder cambio!!
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