La cantidad de buena suerte que te llegue depende de tu voluntad para actuar. Me gusta describir el Coaching como un viaje, a todos nos gusta conocer sitios nuevos o volver a lugares que nos hacen sentir bien. Una vez que sabemos dónde estamos y a dónde queremos ir, hay que ponerse en marcha para preparar ese viaje; para identificar y desarrollar las habilidades que necesitamos y así, conseguir nuestro objetivo. ¡Rediseña tu Presente, para conseguir tu Futuro!
Un Viaje llamado Coaching
¡¡Rediseña tu Presente, para conseguir tu Futuro!!
miércoles, 10 de agosto de 2011
Optimismo
¿Provocación? ¿Engaño? ¿Supervivencia?
La gente ha dado muestras siempre de un optimismo exagerado que la ha ayudado a soportar y superar las peores condiciones imaginables.
El optimismo lo podemos definir como una característica disposicional de personalidad, que media entre los acontecimientos externos y la interpretación personal de los mismos. Es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia.
La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo.
El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades. Y quisiera resaltar esta última frase, ya que si empleáramos todo nuestro esfuerzo en buscar alternativas que puedan configurarse como soluciones, otra vida tendríamos todos.
En general, parece que las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitoso e, incluso, a tener mejor estado de salud física. De hecho, uno de los resultados más consistentes en la literatura científica es que aquellas personas que poseen altos niveles de optimismo y esperanza (ambos tienen que ver con la expectativa de resultados positivos en el futuro y con la creencia en la propia capacidad de alcanzar metas) tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes.
La investigadora estadounidense Carol Dweck, también opina que el optimismo puede aprenderse. Considera que el optimismo está al alcance de todos con sólo adoptar lo que ella define como “mentalidad del cambio”. Tener conciencia de que somos personas cambiantes, que crecemos cada vez que nos arriesgamos a aprender algo nuevo y que el optimismo incrementa cuando uno se da cuenta de que es dueño de su destino. No es algo “innato”, que se “nace o no” con esa actitud, sino que puede “aprenderse”, como cualquier otra actitud.
¿Qué quieres cambiar hoy en tus pensamientos que te favorezcan en el optimismo? Recuerda que siempre puedes pedir ayuda.
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