La cantidad de buena suerte que te llegue depende de tu voluntad para actuar. Me gusta describir el Coaching como un viaje, a todos nos gusta conocer sitios nuevos o volver a lugares que nos hacen sentir bien. Una vez que sabemos dónde estamos y a dónde queremos ir, hay que ponerse en marcha para preparar ese viaje; para identificar y desarrollar las habilidades que necesitamos y así, conseguir nuestro objetivo. ¡Rediseña tu Presente, para conseguir tu Futuro!
Un Viaje llamado Coaching
¡¡Rediseña tu Presente, para conseguir tu Futuro!!
miércoles, 17 de agosto de 2011
“Punto dulce”
Cuando he preguntado a mis clientes, cuáles eran las palabras que utilizarían para describir su éxito o “punto dulce” utilizaban: foco, repetir, constancia, objetivo claro, ensayo, error, perfeccionamiento,…
La práctica es un esfuerzo que persigue un propósito. Sus fases las resumo en:
1. Elegir un objetivo.
2. Ir a por él.
3. Evaluar la brecha que hay entre el objetivo y nuestras posibilidades de alcanzarlo.
4. Volver al paso uno.
El “punto dulce” perfectamente podría llamarse “agridulce”, al final los jugadores/nosotros, terminamos por desarrollar el gusto por la práctica intensa. Al principio no nos agrada, pero pronto, empezamos a tolerar la experiencia e incluso disfrutamos de ella.
Cultivar la habilidad, como ya hemos visto, requiere de una práctica intensa y constante. Pero esto no es algo sencillo de llevar a cabo, requiere energía, pasión y compromiso.
Hay unos principios universales que nos gobiernan a todos:
1. El talento requiere práctica.
2. La práctica requiere grandes cantidades de energía.
3. Determinadas señales activan enormes flujos de energía.
Si a todo esto sumamos sensaciones positivas, estaremos en la vía. Los pequeños éxitos no son paradas, sino escalones para seguir progresando.
Muchos pensareis que a este mecanismo le falta algo…. ¡Y es cierto! Falta el momento de arranque, de motivación, de encendido. Siempre se trata de una respuesta a una señal que llegó en forma de imagen: el éxito de un comercial de seguros, la victoria de un compatriota, el logro de superar un record… Señales simples y directas que activan nuestros disparadores motivacionales y canalizan nuestra energía y atención hacia una meta. Cuando tenemos el indicio, funciona como un disparador, es como encender el interruptor de la luz. La capacidad de conseguir algo ya está presente, pero la energía destinada a esa capacidad llega a través de los cables.
“Todo momento importante y exigente en los anales del mundo, es un triunfo de algún tipo de entusiasmo” (Ralph Waldo Emerson)
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